Día Mundial de la Agricultura: reflexionamos sobre su origen y futuros retos
Hoy, día 9 de septiembre, se celebra el Día Mundial de la Agricultura.
Puede parecer que la agricultura, algo que cubre una necesidad tan primigenia como la alimentación, no necesita de una fecha para ser valorada. Nada más lejos de la realidad, este año, probablemente más que en anteriores, necesitamos resaltar la importante labor de aquellos que trabajan en el campo.
En los últimos tiempos en Europa hemos comprobado cómo el abastecimiento de alimentos que surgen de los cultivos está condicionado por diferentes factores, como pueden ser los acontecimientos históricos o culturales y la climatología y las catástrofes naturales.
La producción agrícola se enfrenta en la actualidad a un gran desafío: adaptarse a una población que no para de crecer sin perjudicar el medioambiente, ya que se debe satisfacer un aumento de la demanda de alimentos sin dejar de producir de manera sostenible. Por eso, como consumidores, debemos homenajear a los expertos que se preocupan por cuidar del planeta y su biodiversidad, y a la vez garantizan que los productos que consumimos sean de la máxima calidad.
Los orígenes de la agricultura
Las semillas cuentan la historia de la humanidad. Es cierto que las primeras sociedades tribales no practicaban la agricultura, pero el mundo vegetal nunca nos fue ajeno. Las semillas eran una parte indispensable de la dieta y han sido esenciales para nuestra supervivencia.
Quisimos domesticar a las plantas y los humanos comenzamos a cultivar seleccionando especies vegetales. Esas semillas, a su vez, dejaron su poso en nosotros y también nos transformaron. Al empezar a cultivar la tierra cambiamos nuestro modo de vida, dejando atrás la vida nómada. Así, el desarrollo de la agricultura sirve como evento revolucionario que marca el inicio del Neolítico hace unos 10.000 años.
Gracias a la agricultura pudimos asentarnos y poblar una ubicación concreta. Las primeras especies vegetales que cosechamos fueron cereales. La mayoría de calorías de nuestra dieta siguen procediendo como en los comienzos de estas herbáceas monocotiledóneas. El pilar de nuestra alimentación lo integran aún variedades de cereales como el trigo, el maíz y el arroz.
Los retos actuales de la agricultura
Un concepto ético y en auge y que, sin duda, del que escucharemos más a menudo, es el denominado largoplacismo. Se trata de una perspectiva que entiende como deber u obligación moral cuidar de las futuras generaciones. El modelo filosófico se basa en actuar e implementar medidas positivas pensando a largo plazo.
La nueva Política Agrícola Común de la Unión Europea (PAC) sigue la línea de esta corriente, ya que busca “afianzar el papel de la agricultura europea en el futuro”. El objetivo es cuidar de los recursos naturales a la vez que se garantiza la producción alimentaria.
Según el Informe Noleppa elaborado por la HFFA research, en los últimos 20 años Europa ha conseguido un incremento de 53 millones de toneladas en la producción de cereales, con el consecuente abastecimiento de un mayor número de personas.
En Biotecarios también apostamos por el largoplacismo fomentando el desarrollo de las explotaciones rentables en armonía con la naturaleza y que aseguren que los alimentos provienen de una agricultura sana.
La agricultura es importante para todos, no solo para los trabajadores del sector. Dependemos de esta para asegurar nuestro alimento y el de las generaciones venideras, y de ahí la necesidad de poner en valor todo el trabajo de los agricultores con celebraciones como la de hoy.
