El humus de lombriz y su papel esencial en la recuperación de suelos agotados
¿A quién debemos el origen de la biología del suelo?
Probablemente al leer semejante pregunta, podríamos pensar que su respuesta es compleja y tan solo un experto en el tema podría conocerlo. La realidad, sin embargo, es que es habitual escuchar su nombre.
Seguro que alguna vez has oído nombrar al naturalista Charles Darwin tan conocido por su teoría evolutiva recopilada en El origen de las especies. Resultó trascendental y revolucionario porque introdujo el concepto de selección natural. Lo que poca gente conoce es que el verdadero best seller de Darwin fue La formación del mantillo vegetal, una obra publicada en 1881 donde por primera vez se trataba un aspecto tan concreto como biología del suelo. El célebre científico se interesó por muchas cuestiones, entre ellas le picó el gusanillo de la curiosidad por saber cómo se formaba el humus, la materia orgánica en descomposición del suelo.
En esa época, los granjeros europeos consideraban a las lombrices una plaga. Darwin con su visión crítica apuntó el error y advirtió que los indeseables anélidos en verdad jugaban un papel imprescindible en la formación del humus.
Tal y como señaló Darwin, las lombrices son clave para la regeneración y el mantenimiento de la estructura de los ecosistemas terrestres. Al alimentarse de los restos orgánicos presentes en el suelo y posteriormente excretarlos, contribuyen a la alteración y descomposición de dicha biomasa.
El vermicompost o humus de lombriz: un inmejorable abono ecológico
Las lombrices con su proceso digestivo activan la fermentación y transforman la materia orgánica presente en el suelo facilitando la incorporación de los nutrientes por parte de los cultivos vegetales. El reciclado de nutrientes y aireación que proporcionan a los suelos también es favorable para los microorganismos beneficiosos que integran la rizosfera.
Es por este motivo que se recurre a ciertas especies de lombriz para la regeneración de los suelos con recursos agotados o con una mala estructura. El producto que se obtiene del tratamiento de los desechos orgánicos por las lombrices es lo que se conoce como vermicompost o humus de lombriz. Se trata de un abono de origen natural y de muy buena calidad rico en micro y macronutrientes. Además, dada la importante fracción microbiana que contiene este humus de lombriz, se estima que ejerce un papel protector frente al crecimiento de hongos y otros patógenos vegetales.
Desde Biotecarios, buscamos constantemente opciones naturales que aumenten la fertilidad de los cultivos, cuiden de la estructura de los suelos y la microbiota presente en ellos. Por eso, hoy queríamos contaros este curioso dato sobre el famoso naturalista y dar a conocer el humus de lombriz. Un abono con historia clásica pero que resulta a la vez una estrategia innovadora para sortear las desventajas de tener que recurrir a fertilizantes químicos.