Todo lo que necesitas saber sobre las cubiertas vegetales
El diagnóstico que la comunidad científica ha realizado a España no es prometedor; vamos camino de la desertificación. Esta ocurre por una combinación de fenómenos como la erosión, sequía, aridez, salinización o incendios forestales.
Una de las comunidades autónomas más afectadas por la erosión es Andalucía. Además, nuestro clima es cada vez más cálido debido al cambio climático. Los problemas de aridez se agravan por el aumento de las temperaturas y unas precipitaciones cada vez más irregulares. Los inviernos y veranos cada vez más cálidos no dan tregua al suelo, reduciendo su contenido de humedad.
La agricultura actual tampoco le da tregua y el proceso degradativo del suelo se ha acelerado por influencia antropogénica, por lo que es importante concienciar sobre la importancia de tener un suelo sano y fértil.
¿Cómo podemos comenzar un trabajo de regeneración y conservación edáfica? Con ayuda de nuestras grandes aliadas, las cubiertas vegetales.
¿Qué son las cubiertas vegetales?
Los cultivos de cobertura, como su nombre indica, son básicamente plantas que se siembran o se dejan crecer espontáneamente de manera que cubran el suelo de una parcela.
La implantación de una cubierta vegetal se realiza por diferentes motivos, principalmente para mejorar la salud del suelo y aumentar la productividad del cultivo primario al que apoyan. Sin embargo, a diferencia de éste, normalmente no se comercializan como productos agrarios para consumo humano.
Ventajas
Existen múltiples beneficios que pueden hacernos optar por la implantación de una cubierta vegetal. Los cultivos de cobertura permiten prevenir la erosión del suelo, aumentan la materia orgánica disponible, reducen las enfermedades edáficas, retienen la humedad, y pueden incluso evitar el lixiviado del nitrógeno por la lluvia. En general, se aumenta la fertilidad del suelo por retención de nutrientes y también se regula el equilibrio hídrico.
Otra característica importante del uso de esta estrategia agronómica es que posibilita el establecimiento de un reservorio de fauna auxiliar. No sólo atraen a polinizadores, sino que además aumentan la biodiversidad, sirviendo de refugio para insectos, hongos y microorganismos que combaten de manera natural plagas y enfermedades.
Entre muchos otros beneficios, la capa vegetal establecida supone una protección extra para el suelo de nuestros cultivos. La preservación del grosor del suelo y la protección frente a la erosión es especialmente importante en terrenos con pendiente.
¿Qué tipo de cubierta vegetal implantar?
La elección de la cubierta vegetal dependerá de las características de la finca y el cultivo principal de interés. Existen diferentes tipos: podemos recurrir a plantas vivas o inertes, y dentro de la categoría de plantas vivas, puede tratarse de cubiertas espontáneas o especies concretas que elegimos sembrar.
- Las cubiertas espontáneas son la opción más económica. Al no utilizar pesticidas se permite el desarrollo de las plantas que crecen de manera natural. Estas están perfectamente adaptadas al suelo por los beneficios son notables en poco tiempo. Su única desventaja es que si no se lleva un control adecuado puede competir por nutrientes y agua con el cultivo principalmente. Muchas veces se opta por cubiertas temporales y una vez eliminadas se solventa el problema. En caso de tratarse de una cubierta permanente se requerirá un manejo profesional para que no interfiera en la toma de recursos con el cultivo primario.
- Las cubiertas sembradas implican una elección más cuidadosa de la especie a plantar. Diferentes especies reportan diferentes beneficios para el suelo. Por ejemplo, las especies brásicas ayudan especialmente a mejorar la estructura del suelo al tener raíces profundas. Por su parte, en suelos pobres en nitrógeno son recomendables las leguminosas que ayudan a la fijación de este elemento. Pueden sembrarse una mezcla de especies u optarse por una en exclusiva.
Un cultivo de cobertura puede sembrarse en diferentes épocas del año pero lo más habitual es llevar a cabo su instalación durante los meses de septiembre y octubre para beneficiarse de las lluvias otoñales.
El coste de implantación es mayor pero su manejo puede ser más sencillo si adaptamos el ciclo de vida de ambos cultivos (el de cobertura y el principal). No obstante, proporcionamos al suelo lo que nosotros creemos que necesita, no realmente lo que es espontáneo e idóneo, por lo que debemos conocer bien nuestra finca para establecer cuál es el mejor sistema de cubiertas y no simplificar demasiado.
- Las cubiertas inertes, nos garantizan que no existirá competencia por los recursos con el cultivo principal y su coste de mantenimiento también es mínimo. No obstante, el coste de operatividad es elevado ya que requiere la deposición de cantidades elevadas de material. Normalmente se trata de restos de poda, broza, mantillo de hojas…
Ahora que ya conocemos en detalle esta herramienta agrícola es comprensible que se esté retomando su uso en agricultura natural. Se obtienen gran cantidad de beneficios tanto a corto como largo plazo y el futuro de nuestra explotación agrícola está íntimamente ligado a la fertilidad del suelo.
En Biotecarios contamos con un servicio de asesoramiento técnico en caso de que necesites consejo y ayuda con la implantación de un cultivo de cobertura. Llevamos ya una larga trayectoria recurriendo a soluciones tecnológicas naturales y sostenibles para recuperar suelos exhaustos y potenciar su biodiversidad y productividad
