Prebióticos: ¿conoces las biomoléculas que potencian los beneficios de los probióticos?
El uso del término “flora intestinal” ha traído de cabeza a muchos médicos y nutricionistas. Los científicos con su necesidad de rigurosidad y precisión, no tardan en recordarnos que no tenemos flores ni organismos vegetales en el intestino y que, por tanto, lo correcto sería referirse a ello como microbiota intestinal.
La naturaleza, tan sabia y eficiente en sus diseños, suele repetir patrones e igual que existen microorganismos colonizando y manteniendo la homeostasis en nuestro intestino, hay otros cuidando de la salud de la verdadera flora. Estas bacterias u hongos beneficiosos habitan el suelo de los cultivos. Son los denominados probióticos de los que ya os hablamos en un anterior post. Como microorganismos vivos, su nutrición es un aspecto fundamental para que puedan desempeñar correctamente sus funciones.
Los prebióticos son las fuentes de alimento que se administran en conjunto con los probióticos para consolidar el efecto positivo que estos ejercen sobre el cultivo. También pueden aplicarse para favorecer las comunidades microbianas naturalmente presentes en el suelo. Son compuestos orgánicos que nutren a dichas poblaciones de microorganismos potenciando su crecimiento y actividad biológica.
La disbiosis o ruptura del equilibrio en los suelos puede ocurrir por diferentes factores. El equilibrio se ve alterado por ejemplo por un aumento de las temperaturas debido al cambio climático, por determinadas prácticas agrícolas extenuantes u otros factores de estrés. Los prebióticos contrarrestan los efectos negativos debidos al empobrecimiento de los suelos y contribuyen a que este se desarrolle con la composición correcta.
Conscientes de la importancia de estos prebióticos, investigamos para desarrollar Sequentia. Sequentia tiene la doble ventaja de que actúa beneficiando a los microorganismos tanto de la filosfera como de la rizosfera. Así, contribuye a establecer un correcto equilibrio en el suelo de los cultivos de manera que se favorecen aquellos microorganismos protectores frente a enfermedades causadas por bacterias fitopatógenas. Además repercute en un fortalecimiento del sistema radicular y una mayor movilización y mejor asimilación de los nutrientes. El aumento de la toma de nutrientes se traduce en una mejoría en la calidad de las producciones, a nivel del fruto se potencian sus características organolépticas.
En Biotecarios, nos preocupamos no solo por sortear el uso de productos tóxicos como determinados pesticidas químicos, sino que de manera paralela somos conscientes de la importancia de aumentar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas. Asegurarse una correcta estructura del suelo, equilibrado y con diversidad de poblaciones microbianas es importante para el buen rendimiento de los cultivos frutícolas, hortícolas y arbóreos.